Sin duda leer nos abre un puente hacia el conocimiento, la imaginación y el crecimiento personal. Cultivar el hábito de la lectura no sólo enriquece nuestras mentes, sino que también fortalece nuestra capacidad de comprensión, análisis, comunicación y vinculación con otros.
La lectura nos transporta a mundos desconocidos, nos presenta nuevas ideas y perspectivas y nos permite explorar diferentes culturas y contextos. Ampliar nuestros horizontes mentales nos hace más empáticos, tolerantes y creativos.
En el mes del libro te invitamos a revisar algunas claves para incentivar la lectura, junto a los beneficios que trae integrar este hábito desde la infancia.
Cómo leemos los chilenos
¿Sabías que Chile es un país lector? Según el último estudio sobre hábitos de lectura, la gran mayoría de los chilenos lee todas las semanas y principalmente lo hace a través de medios digitales (correo electrónico, páginas web y redes sociales).
En la era digital cada vez es más desafiante fomentar el hábito lector entre los estudiantes. ¿Cómo podemos motivar a los jóvenes a sumergirse en las páginas de un libro y descubrir lo que la literatura tiene para ofrecer?
Según el estudio, quienes más leen son aquellos a quienes les leían cuando niños. Esto revela el rol fundamental de la lectura a temprana edad, en la casa y en los primeros años de escolaridad.
Es relevante la trayectoria lectora previa. Generalmente los adultos que se declaran lectores han sido lectores desde su infancia, tuvieron libros en sus hogares y contaron con un adulto significativo que les leyera.
Porqué es importante la lectura en la infancia
Los beneficios de la lectura son muchos. Estimula la imaginación y creatividad, ya que te invita a visualizar escenarios, personajes y situaciones descritos en el libro, permitiéndote desarrollar tu propia interpretación y visión del mundo.
Los libros son una fuente inagotable de conocimiento y aprendizaje. Te permiten adquirir nuevas habilidades, descubrir ideas innovadoras y explorar áreas de interés que pueden enriquecer tu vida personal y profesional.
Leer nutre nuestro vocabulario, mejora nuestra gramática y enriquece nuestra capacidad de expresión.
Cómo incentivar la lectura
1. Crea un ambiente literario estimulante:
Puedes diseñar espacios de lectura acogedores en las salas y en la escuela, con rincones cómodos para leer.
También, organizar eventos literarios como ferias del libro, clubes de lectura y encuentros con autores, para generar entusiasmo y promover la interacción con los libros.
2. Ofrece variedad y oportunidad de libre elección
Te recomendamos proporcionar una amplia gama de géneros y formatos, desde novelas hasta cómics, para satisfacer los diferentes intereses y niveles de lectura de los/as estudiantes.
Permite que elijan sus propios libros y establezcan sus propios objetivos de lectura, fomentando así un sentido de autonomía y compromiso y procurando fortalecer sus conocimientos sobre cualquier tema que les interese.
“Mientras más sepan los alumnos sobre un tema, más rápido podrán aplicar las habilidades de lectura y escritura que están aprendiendo, incluso en los textos más difíciles relacionados con ese tema (...) Mientras más aprendan los alumnos sobre las aves, ¡más complejos serán los textos sobre aves que intentarán leer”. (Bambrick-Santoyo et al, 2018, p.15)
3. Integra la lectura en el currículum:
Incorpora la lectura como parte integral de todas las asignaturas, ofreciendo lecturas relacionadas con los temas que se están estudiando en clase.
“La excelencia en prácticamente todas las asignaturas académicas requiere un intenso trabajo de lectura. Esto es aplicable a la historia, las matemáticas, la ciencia, las artes, y otras materias que los alumnos estudian durante sus años escolares." (Lemov, Driggs y Woolway, 2016, p.1)
Puedes encontrar material de apoyo en el Centro de recursos para el aprendizaje Mineduc.
Fomenta la discusión y el análisis de los textos leídos, ayudando a los/as estudiantes a desarrollar habilidades de pensamiento crítico. Al leer, nos enfrentamos a diferentes argumentos y puntos de vista, lo que nos obliga a reflexionar y cuestionar nuestras propias creencias.
4. Sé un modelo a seguir:
Como hemos mencionado, el modelo lector es relevante. Tanto maestros como padres y tutores deben demostrar su propio amor por la lectura, leyendo regularmente, compartiendo sus propias experiencias y recomendaciones literarias. Anima a los/as estudiantes a través del ejemplo. Es importante que vean a los adultos como modelos a seguir en cuanto a hábitos y pasión por la lectura.
5. Utiliza la tecnología de forma creativa:
Usa recursos digitales como libros electrónicos y aplicaciones de lectura, para hacer que esta sea más accesible y atractiva para los/as estudiantes.
Organiza actividades en línea como blogs de lectura y grupos de discusión en redes sociales, para que compartan sus experiencias y recomendaciones de lectura.
6. Acoge las necesidades individuales:
Es importante poder identificar las barreras que puedan impedir que disfruten de la lectura, como dificultades de aprendizaje o falta de acceso a libros, para proporcionar apoyo personalizado.
Ofrecer alternativas de lectura, como audiolibros o libros en formatos accesibles, permite adaptarse a las necesidades específicas de cada estudiante. Además, fomenta que incluso con dificultades de acceso sea posible aproximarse a la lectura y darle valor desde su propia experiencia lectora.
Al cultivar el amor por la lectura desde una edad temprana y proporcionar el apoyo necesario, podemos ayudar a los/as estudiantes a descubrir el poder transformador de las palabras y a convertirse en lectores ávidos y críticos.